jueves, 12 de enero de 2012

Querida Lucía:


Aquí me encuentro de nuevo, frente a ti.
Observándote.
Intentando descubrir qué es lo que me seduce tanto de ti.
¿Tus curvas? ¿Tu tacto?

Eres la única que me comprende.
Solo tú estas ahí cuando no hay nadie más.
Pero hoy no quiero hablarte de mis penas.
Hoy quiero disfrutarte.
Quiero que estemos tú y yo solas...

Sé que no me vas a responder.
Tú nunca lo haces.
Sólo escuchas, ni siquiera sé si me miras.
Eres pasiva y fría, pero la única que puede ayudarme.

Te toco, te acaricio.
Lo único que haces es abrirte.
Y el resto lo hago todo yo.

Poso mis labios sobre ti y te beso.
Paso mi lengua por tus labios y te saboreo.
Eres la única que consigue calentarme así.
Te necesito.

Haces que me vuelva loca y pierda la cabeza.
Haces que a cada beso, quiera más y más de ti.

Quédate siempre junto a mi.
Porque cada vez que te vas, tengo ganas de morirme.
El dolor es irresistible.

Necesito que...
no puedo seguir.
Me has dejado exhausta.
Siempre acabas haciendo conmigo lo que quieres.




sábado, 11 de diciembre de 2010

La Cécité

La ceguera se aprende sola, y es como una cizalla.
Este sentimiento tan sucio, esta sucinta sensación de suficiente saciedad, sabiamente servida por nuestra sensata sociedad...

Es tan exhaustiva la siniestra lista de fariseos falsamente camuflados, sugeridos por nuestros sistemas de censura...

Insisto en que persistan los susurradores de sueños.
Y que se vayan los resplandores egoístas sin savia.

Es un concepto claramente condescendiente.
Son ideas simples pero lamentablemente con el espíritu de la época, que se asientan sobre cicatrices suturadas de aquellos saturados de silencioso sufrimiento.

sábado, 5 de junio de 2010

Jugamos a ser héroes porque somos cobardes, y a ser santos porque somos malos.
Jugamos a ser asesinos porque nos morimos de ganas de matar al prójimo.
Jugamos porque somos mentirosos de nacimiento.

miércoles, 19 de mayo de 2010

19 años

Me golpeé el pecho y me raje la garganta con una botella de vodka.
Me tragué mi sangre y tu saliva.
Ahora bebo de otra botella, y cómo me gustaría poder beber de tu boca.
Entré en una especie de éxtasis, y se me nubló la vista.
Todo comenzó a girar y no podía distinguir nada.

Sólo dos puntos negros, brillantes, amenazándome, acercándose y alejándose.
Comenzaron a dar vueltas a mi alrededor, lentamente, y después más deprisa.
Hasta que se detuvieron frente a mí, y se quedaron a la altura de mis ojos.
Me estaban hablando, me decían algo, y yo escuchaba.
A ratos desconectaba, porque no decían nada interesante, me aburrían.
¡Qué puntos mas egocéntricos!

Oí algo sobre mi vida, sobre mi futuro.
Sobre mi juventud, sobre mi belleza, mi fugacidad.
Sobre mi competitividad y mi descaro.
Tan sólo fui un objeto del que reírse un rato.
Y los puntos comenzaron a girar otra vez.
Me mareaban, y me arrastraban.
Me guiaron por un camino azul, entre dos paredes de luz, y el cielo... yo estaba en el cielo.

Pero lo que intento es olvidar cómo esos bichos treparon sobre mi.
Porque he conseguido aplastarlos.
No, he conseguido enjaularlos y jugar con ellos.
Porque soy una jugadora.
Y voy a pintar con mis manos en una pared quien soy.
Me arrancare el cabello y la piel, y te lo mandare por correo.
Para que me recuerdes toda tu vida, y que tus nietos sepan de mi.
Yo moriré y renaceré, y con mi nuevo pelo y mi nueva piel engendraré a mis hijos.

Porque el alcohol te ha conocido, pero no te ayudará.
Olvida tu juventud, porque no te hace falta ya.
Mira cómo corro, cómo bailo y me divierto a tu costa.

Envidiame, deséame...

Mi no realidad

Lo estoy sintiendo, y me apetece...
Tuve un sueño.
He tenido muchos sueños de grandes ciudades, de un hombre horrible, sobre sexo, sobre mis miedos y de la bestia...
Tuve un sueño de llorar y echar de menos, de un antiguo amor roto, de rabia...
...de traicionar a toda mi vida, de tirar todo por la borda...

¿Es acaso solo un sueño? ¿Soy una zorra por querer vivirlo?
¿Qué es lo que es correcto, y que es lo que no?
Quiero querer y quiero vivir, quiero quitarme esta camisa de fuerza y olvidar toda moral.
Quiero ser una diosa, y tener mis propias reglas.
Quiero ser egoísta, egocéntrica, una ganadora.

Lo estoy sintiendo, y me apetece...
pero, ¿puedo? ¿estoy preparada...?
No lo creo... esto es tan sólo otro sueño más, que tengo cuando estoy despierta, cuando estoy sobria, y sobre todo, cuando estoy ebria.

Quizás la culpa la tienen esos fantasmas de mis sueños, esas sombras negras que me gritaban... que me pedían ayuda, mientras ardian en llamas negras...
lo único que hice fue cerrar los ojos... bueno, en realidad no, mis ojos ya estaban cerrados, y no podía hacer nada para que se fueran de allí...
Y no hice nada, y me secuestraron, me agarraron y me maldijeron, me llevaron con ellos y ahora están haciendo que me vuelva loca.

Oigo vuestras voces, que provienen de algún lugar... veo vuestros rostros, vuestras sonrisas, recuerdo vuestros abrazos, sus escarabajos...
Os quiero, os quiero a todos. Pero haceis que vuelva a ahogarme en mi propia realidad, una vez más. No quiero despertar...
"I wanna do bad things to you"

El alma de papá acaba de despertar en mi interior otra vez... Estoy orgullosa, pero me da miedo...
Me encanta, porque se que a el le gustaría que lo hiciera.
Pero me hace daño y lo odio, odio cuando oigo su voz, y me acuerdo de lo que dijo una vez:

"He aquí porqué todos los sabios trataron de disuadir tan insistentemente a los hombres de la elección de este camino, que, sin embargo conservó todo su atractivo para gran número de seres."

lunes, 26 de abril de 2010

Yo Manifiesto

Yo soy quien yo quiero ser. Soy mi comienzo y mi final. Soy mis causas y mis consecuencias, y como tal yo asumo mis éxitos y mis fracasos. Yo soy mis errores. Sólo yo respondo ante ellos y sólo a mi me pertenece el derecho de juzgar mis actos pues sólo yo los entiendo en su compleja totalidad.

Yo no me arrepiento de nada. Ni de lo que he dicho o hecho, ni mucho menos de lo que no he dicho o he dejado de hacer. No cambio nada, ni añado ni elimino nada. Y sí, muchas veces dudo, temo e inevitablemente me equivoco pero ni siquiera de eso me arrepiento pues mis errores me forjan, me templan y me endurecen.

Yo soy el único Dios que reconozco, mi alma su altar y mi cuerpo su único templo, y así decido mancillarlo, profanarlo y corromperlo cómo, cuándo y con quién quiero. Mío es el derecho de decidir sobre la integridad de mi propia fe, pues soy mi único creyente. Soy hereje y santa al mismo tiempo pues mis mandamientos son volátiles como el alcohol y cambian de la noche a la mañana. El único pecado que concibo es actuar de forma contraria a lo que creo.

Yo decido dónde y cuándo vivo, y las fronteras de mi mundo solo las marca mi imaginación. No me gustan los límites impuestos, las órdenes a seguir, el tiempo ni el espacio establecidos. Yo vivo en el siglo XXI solo porque así lo quiero, o vuelvo al ayer o viajo hacia el mañana. Puedo incluso detener mi tiempo y modificar mi espacio si esa es mi voluntad, pues solo yo construyo mis muros de lo posible.

Yo elijo con quien comparto mi tiempo y no es mi cabeza quien lo decide, sino mi corazón. Cada instante es único y como tal lo disfruto, como si fuera el último. Degusto cada pequeño detalle con placer. Soy una vitalista viva.

Mi patria es donde piso en este mismo momento, y es una patria sin bandera, idioma, himno ni color. Yo soy ciudadana del Mundo. Mi familia es de todas las razas, religiones, sexos, etnias y colores. Tengo hermanos, padres y madres a los que ni siquiera conozco ni conoceré nunca. La sangre no significa nada, la tierra tampoco.

Soy única, al igual que cada uno de nosotros. Soy polvo de estrellas producto de la casualidad. Soy una larga cadena de aminoácidos dispuestos al azar.. Soy la mezcla del más rápido de entre millones de espermatozoides con un óvulo oportunamente situado. Soy el resultado de un infinito cúmulo de casualidades y decisiones.

Soy dramática, lírica y épica. Soy matemática, química y biológica. Soy atípica y utópica. Concéntrica, centrípeta, espiral y esférica. Soy racional, lógica, fría y visceral, apasionada e inmediata. Soy clara y oscura, cómica y trágica, cobarde y temeraria. Soy cáustica, cínica, lacónica y sarcástica. Estoica, epicúrea y neoplatónica. Fatalista y esperanzada.

Soy, en esencia, contradictoria.

viernes, 12 de marzo de 2010

Primer Campamento

¿Te acuerdas cuando mirábamos por la ventana del Forfi y veíamos las estrellas? Hace poco más de un mes de eso. No se si recuerdas que te dije que, cuando me fuera, mirases hacia arriba y pensaras que yo estaría bajo el mismo cielo, viendo las mismas estrellas que tu veías en ese momento...
Te lo dije porque sabía que te gustaba mirar el cielo de las afueras de Madrid, y porque las estrellas allí se veían perfectamente... Pero yo sabía que para mí no sería tan fácil.
Yo miro ahora por mi ventana y apenas veo nada, sólo absoluta oscuridad, y los edificios de enfrente. Moscú, la ciudad que nunca duerme, que nunca calla, pero vive constantemente en tinieblas.
Ni estrellas, ni luna. Ni siquiera durante el día se ve el sol o alguna nube... sólo un cielo de color gris opaco, brillante, que hace daño a los ojos.
Esta enorme ciudad, condenada con una contaminación sucia, que se acumula en los coches, tapando las matrículas; en las primeras nieves de octubre; en los lagos y ríos ahora completamente helados..., no me deja respirar aire puro, no me deja respirar el mismo aire que tú.

No me hace falta más aire en mis pulmones que el que tú me das. El aire que guardo en mi pequeña bombona de oxígeno, administrándolo celosamente para que dure a lo largo de todo el recorrido.
Hemos llegado al mismo punto. Hemos conseguido salir adelante y escalar una pequeña parte de lo que aún nos queda.

A pesar del viento, frío, nieve, superiores, estudio, idioma, trabas, deshielo, cuerdas rotas... debemos seguir subiendo, tú marchando firme, y yo, intentando no resbalarme con el hielo.

viernes, 26 de febrero de 2010

Confirmación y desencanto

Julio 2009. Cuando se rompe el cristal y consigues liberarte de las esposas. Cuando sacas la cabeza del pozo en el que te habían sumergido y por fín puedes respirar. Cuando te odias por no haber luchado...
He encontrado este fragmento que escribí hace un tiempo rebuscando por ahi...


He empezado por escribir fragmentos de mí.
Y tú no apareces en ellos. Ni tú ni nadie.
No los mereces, así como yo no me merezco esto.
Porque me siento como una idiota, y no lo soy.
Lo peor de todo es que lo sabía, y me he callado.
Tu mientes, yo finjo, y todo, porque tenía esperanza.
¿Esperanza? No, sólo embustes, eso es lo que tenía.
Eso era lo que me aferraba, a pesar de todo.

Lo que todavía no entiendo es esa tranquilidad,
ese "aquí no pasa nada".
Parece ser que en esto te sobra experiencia, no?
Eres despreciable, y aún así no consigo odiarte,
ni la mitad de lo que debería.
Soy demasiado buena...
Si aún pudiera escapar de esta pesadilla,
pero tu hipocresía me ha hecho caer más hondo,
y ahora no hay vuelta atrás.
Ni siquiera frotarme y rascarme la piel me ayudará.

Quiero pensar que tú me das igual,
que lo único que me importan son las palabras.
Pero cada vez que me doy cuenta de todo
hiervo más y más, y tengo ya llagas y ampollas por dentro.

Qúe situación más estúpida, por favor.
En realidad te equivocaste desde el principio.

No pensabas que esto se te iría de las manos,
que yo fuese tan espabilada y tan tonta a la vez...
Y ahora no puedes escaparte de tu tela de araña, y me retienes contigo...

jueves, 18 de febrero de 2010

Devuelveme lo que es mío!

Me dijiste que cuidarías de mi corazón mientras yo cuidase del tuyo. Pero yo nunca quise, y lo hice a regañadientes, por no ser grosera contigo.
Siempre lo supe, siempre supe que no quería dártelo, porque no te pertenecía, aunque quisiera ocultármelo.
Tu me diste el tuyo, y no cuidé de él. Lo pisé y me reí de él cada vez que tuve oportunidad. Y no me siento mal por ello. No me siento culpable. Bueno, quizas un poco enfadada conmigo mismo por ser tan cruel...
Cruel, tú me dijiste que yo era cruel, y me enfadé. Pero tenías razón, y si lo hubieras sabido todo no hubieras tenido palabras en la boca para insultarme y maldecirme.
Sincieramente, no sé que hiciste con el corazón que te presté. Matarlo de aburrimiento. Y cada vez que intenté recuperarlo, entre sollozos y sonrisas tímidas intentaste retenerlo un poquito más.

Despúes los papeles cambiaron.
El mentiroso fuiste tu, me lo devolviste. Mejor dicho, me lo tiraste a la cara, pero simulando un bonito pase para no quedar mal. Y yo me lo tragué todo.
Rompí a llorar por egoísta, por quedarme sin corazón al que maltratar. Así que intenté remediarlo, diciéndote que podrías venir a visitar al mío de vez en cuando.

Pero, que coño! - "Dámelo! Devuelveme todo lo que es mío y te presté, porque nunca fue tuyo".
Me enfadé y te aparté de un empujon. - "Ahora si que se lo voy a dar a alguien, a la primera persona que pille, sólo por despecho".

Lo sé, un error. Volví a equivocarme. No importa.
Yo mismo volví a recuperarlo y a guardarlo bajo llave, elegantemente.

Por favor, hace unos meses fui a ver como estaba y había desaparecido...
¿alguien sabría decirme dónde está? Soy un desastre...

martes, 16 de febrero de 2010

SE. Jornada 11


Quiero poner mis manos entre las tuyas, que las agarres fuerte y les des calor.
Porque las tengo heladas, llenas de llagas y heridas, por el frío y el viento.
Quiero hundir mi cabeza junto a tu hombro y cerrar los ojos, porque el viento me despeina y de todas maneras no puedo verte, así que por lo menos puedo sentir tu olor y escuchar tu respiración.
El ruido de todo lo que hay alrededor me esta volviendo loca, y hace que te sienta muy distante, muy lejos de aquí...

Podríamos saltar, saltar, saltar... y romper la placa de hielo que hay bajo nuestros pies.
Caeríamos juntos en el agua, y sería un placer.
Dicen que el agua conserva su temperatura en invierno bajo el hielo... y por lo menos estaríamos calentitos...
Más calentitos que aquí en el exterior, más calentitos que en nuestras noches juntos bajo las sábanas...

Quiero dejar de tiritar, y que vuelva el calor. Que vuelva la locura con él, la fuerza y la vitalidad. Las sonrisas y la eterna felicidad.
Quiero no tener que usar la ropa, poder pasear descalza, reír, no quiero parar de reír y de volver a sudar contigo.

Pero ahora estamos en medio de la ventisca, con los copos de nieve atizándonos el rostro.
Me dejaré aquí contigo, y yo, mientras, iré a pasear por las calles cubiertas de blanco con mis gafas de sol, con la nariz helada y expulsando vaho por la boca...

No tardaré mucho, cuídame bien, que los dos me tenemos mucho aprecio.