jueves, 23 de julio de 2009

Una rosa es un rosario

Percibí el estridente perfume que exhalaban los jardines a mi derecha e izquierda.
La fragancia de las maravillosas violáceas, una flor rampante que prolifera como la mala hierba, pero infinitamente dulce, un olor dulzón que siempre acompaña al diablo, según se cree.
Los lirios silvestres irguiéndose afilados como cuchillos del lodo negro, sus pétalos profundos y monstruosamente grandes batiendo sobre viejos muros y escalones de hormigón.

Y por supuesto, multitud de rosas.
Rosas de mujeres ancianas y jóvenes.
Rosas demasiado íntegras para la noche tropical.
Rosas recubiertas de veneno.

martes, 21 de julio de 2009

La experiencia del amor sexual ofrece al hombre las más intensas vivencias placenteras, estableciendo el prototipo de toda felicidad. Esta felicidad debe habernos inducido a seguir buscando en el terreno de las relaciones sexuales todas las satisfacciones que le permite la vida, de manera que el erotismo genital vendría a ocupar el centro de su existencia.
Tal camino conduce a una peligrosa dependencia frente al "objeto amado" que se elige, exponiendo al hombre a experimentar los peores sufrimientos cuando este "objeto" lo desprecie o cuando se lo arrebate la infidelidad o la muerte.
He aquí porqué todos los sabios trataron de disuadir tan insistentemente a los hombres de la elección de este camino, que, sin embargo conservó todo su atractivo para gran número de seres.


El malestar en la cultura

jueves, 9 de julio de 2009

Menudo Show!

¡Señoras y señores!
¡Niños y niñas!
¡Acérquense, acérquense!
Vengan hasta aquí,
no creerán lo que van a ver tras el telón.
Sean testigos de algo que no han visto nunca,
no han oído nunca, ni siquiera lo han soñado antes!
El mejor espectáculo de toda la historia!

Este es el mejor espectáculo de toda la historia.

¿Quieren divertirse?
¿Quieren que la gente conozca sus nombres?
¿Tienen ansias de fama?

Pues se suele decir que "las cosas no son siempre lo que parecen",
ni siquiera en sus sueños más profundos.
No creerán lo que ven, y tampoco reconocerán las maravillas detrás de tantos brillos y luces.

¿Es verdad lo que dicen?
¿Sólo son juegos y diversión?
¿O a caso hay algo más detrás de todo el maquillaje y de los rostros llenos de pintura?

Yo sólo les pregunto, ¿quieren venir a jugar?
jajajaja
¡Díganle al mundo que venga a jugar!
jajajaja

Siéntense, relájense,
abróchense los cinturones,
pasaremos por un camino lleno de baches antes de llegar al otro lado...




Siempre haciendo reverencias...
Siempre agradando al público...
Siempre abriendo nuevos caminos...
Siempre haciendo el payaso...

¿Quién aguanta así hasta el fin?
¿Quién habrá ahí cuando las luces se apaguen?


Enter the circus




miércoles, 8 de julio de 2009

Y ahí te vi en mis sueños, siete años despues.
Tenías la misma cara angelical, aunque menos regordeta, y seguías emitiendo chorros de seguiridad que siempre llevabas contigo.
Caminabamos por el puente, y no nos dirigimos la palabra, como siempre. Pero al llegar al final, se me ocurrió hablarte.

- ¿Y tu hermana cómo está? ¿Y tu familia?

Sólo quería que supieras que seguia interesada en tí y me había ido preocupando a lo largo de los años.

- Hace mucho que no hablamos.

Esa fue tu respuesta. No podría haber sido más directa. Tu voz sonaba extraña, ya la había olvidado, y seguías teniendo la misma voz traviesa que hace siete años.

- Si, siete años.

Y entonces desperté. Y me di cuenta que despues de todo me alegraba de haberte recuperado, aunque sólo fuera en sueños.

lunes, 6 de julio de 2009

Crónica Final: Prólogo

Por aquel entonces yo ya era el icono sexual del género masculino de mi edad. Quizá fui elegida desde el principio, o mi mente podía emitir esas involuntarias ondas de seducción.
Todavía hoy pienso en ello, y sigo sin comprenderlo.
Nunca he destacado por mi belleza, y aún menos por tener encanto. Pero esa semilla siempre ha estado dentro de mí.

En aquella época lejana, pero no olvidada, vivía en un mundo en el que yo era la reina y ellos mis simples concubinos.
Debéis comprender que en esos tiempos yo era inocente, no sabía lo que estaba realmente haciendo. Era así, y punto.
Nunca tuve problemas de ningún tipo. Nadie me dijo nunca nada. Es más, me cansé pronto.

Me fui, no quería seguir haciéndoles daño. Decidí alejarme para que vivieran sus vidas y para salvar la mía, que seguramente hubiera acabado muy mal.
Me dio mucha pena y rabia. Rabia porque se olvidarían de mí, o porque me dejarían de querer, no estoy segura.
Los abandoné con la promesa de volver, y eso hice.
Volví sólo para darme cuenta de que hoy en día me siguen adorando, porque ahora vuelven a sucumbir a mi antiguo hechizo, mejorado con los años.

Esta es sólo una mínima parte de la historia, y en realidad no he llegado a explicar nada. Ni siquiera sé porqué he empezado por aquí. Lo cierto es que cada día pienso más en la huida y el posterior regreso que ha desempolvado tantos recuerdos.

No preguntes por la segunda parte.
No es que no la haya, pero esto es como una muñeca rusa, con la diferencia de que no es una historia dentro de otra, sino un millón de historias dentro de cada una de las partes de otra historia.

Sólo espero que tengas la paciencia para escucharme y la locura suficiente para entenderme.

jueves, 2 de julio de 2009

Sueño de todas las noches de verano

Venga, ya está bien, me decido.
Pero sólo porque acabo de matar una pulga.
Aunque en realidad me queda aplastar otra pulga, aún más gorda...

Enciendo la radio y escucho una canción horrorosa de los 80. Cambio de emisora, John Lennon. Vuelvo a cambiar y suena una deliciosa música brasileña con ritmos de Angola, y a continuación el griego DJ Cayetano (sorprendente nombre para un griego), pero más me sorprenden los sonidos chill-out con una voz femenina cantando como una sirena...

Parece ser que ha llegado el verdadero verano. Hace una semana no podía creermelo.
Ahora ya está.
El calor sofocante de esta ciudad de secano, mi piel maravillosamente negraaaaaa, y el ansia de las esperadas vacaciones y viajes...
Además, mi hermoso camello acaba de despertar, proporcionándome exquisitos chutes de felicidad... aunque a veces me amargue un poco por intentar venderle a otros...
¡Me hierve la sangreeeee!
Por eso hace tanto calor...

Si tuviera un piano, estaría todo el día tocando y cantando.
Aunque no tenga la mágica voz de clarinete de Antony Hegarty...
Y cerraría los ojos, e imaginaría a toda la gente de mi vida, todos los que alguna vez pasaron por ella, los malos, los buenos, los pequeños, los fríos, los que dan asco y los que amo.
Todos estarían escuchando mi cancion, prestando atención a cada nota de la melodía, cada palabra de la letra y cada tono de mi voz.
Y los imagino llorando, cada uno por lo que quiera.
Cuando hubiese acabado, los abrazaría a todos con mis grandes brazos.
Miraría sinceramente y desde arriba a aquellos a los que no aguanto, escupiría y pegaría a los que me han hecho daño y besaría en la boca a todos los que quiero.
La protagonista de ese momento sería sólo una, La Sonrisa.

Finalmente, estaría toda la noche dando vueltas y vueltas sin marearme. Sólo dando vueltas, hasta caer rendida, exhausta, para que alguien me cogiese en brazos y me tumbase sobre una cama enorme. Enorme y redonda.
Un lecho dónde me hiciese el amor sin parar, hasta casi gastar las últimas gotas de sudor, saliva y energía.
Luego dormir, abrazados, soñando.
Dormir eternamente, y sólo despertar para salir al balcón y ver el mar. Para bajar hasta la playa volando y bañarme desnuda.
Bucear y poder respirar debajo del agua. Acariciar los peces de colores y las rocas. Recoger perlas.
Y volver a la habitación.
Entonces podría alinear cada una de las minúsculas esferas de nácar sobre su cuerpo dormido, y hacer dibujos, eternamente...

Ahora abro los ojos.
Mis dedos descansan sobre las teclas del piano. La canción parece haber acabado, pero el sueño no. He despertado antes de ver el final.

Pensándolo bien, podría soñar para siempre y seguir con mi eterno sueño.
Pero prefiero hacerlo realidad. Ponerme los tacones más altos que encuentre, un vestido elegante e insinuante, y pintalabios rojo.
Mucho pintalabios rojo, muy rojo, rojo como la sangre.

...como la sangre que os voy a chupar a todos...


Iba a escribir algo, rebosante de alegría y felicidad.
Me apetece, y podría hacerlo.

Pero de repente, se me han quitado las ganas.


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