domingo, 15 de abril de 2007

La Diosa


Estoy hundida, caída, medio muerta, abandonada.
No me queda nada en el mundo, solo desprecio, odio y asco.

Si me levanto, me hacen falta otro par de piernas.
Otro par de ojos para ver como se apartan de mi lado y cómo me miran con repugnancia.
Otro par de orejas, para oír los insultos y los cuchicheos a mis espaldas.
Otro par de manos para poder sujetarme a la pared y no caerme, aún con 4 pies.

Pero todo esto se va a acabar, pueden odiarme y despreciarme, pero yo me puedo refugiar de ellos, puedo huir a otro lugar.


Lo he decidido, lo haré.

No me tengo k preocupar por nadie más.

Me da todo igual.


Sólo tengo que introducirla en mi cuerpo.

Absorberla por todos mis poros.

Hacerla parte de mí.

Que corra por mis venas.

Que recorra mi ser de arriba a abajo.


No importa nada más.

Sólo ella y yo.

Sólo yo y ella.

Las dos somos una.


Ella es mi salvación, mi razón de ser.

La hago parte de mí y mis manos recorren mi cuerpo.


Mi cabello es largo y fuerte.

Mi piel suave y lisa.

Mis pechos duros y rectos.

Mi vientre terso y plano.

Mis piernas largas, finas, estilizadas...

Mi voz es dulce, sensual.

Mis gestos grandiosos, elegantes.


Soy una estrella, soy perfecta.

Y me amo.

Todos me envidian.

Brillo como nadie.

Todo a mi alrededor es sombra.


Me vuelvo incandescente.

Brillo con más fuerza.

Mi corazón late muy deprisa.


Soy el sol

Soy la luna

Soy un milagro del cielo

Soy una Diosa


Brillo tan fuerte que acabo por estallar.

Mi cuerpo se quiebra en miles de pedacitos que caen sobre este mundo.


Y ya no soy nada.


Estoy tirada en el suelo.

Entre un charco de vómito y sangre.

Vuelvo a tocarme, ella me ha abandonado también...


Mis cabellos están grasientos, y erizados.

Mi piel es áspera y esta sucia.

Mis ojos están hundidos.

Mis pechos han caído flácidamente.

Mis costillas sobresalen sobre el hundido estómago.

Mis piernas vuelven a ser deformes.

Mis pies vuelven a estar agrietados y con callos.

Mis uñas están negras y estriadas.

Y me ahogo.

No puedo respirar.


No me puedo levantar.

Estoy moribunda.

No soy nada.

No soy nadie.

Otra vez.


Vuelvo a buscarla.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, Alba, realmente me dejas sorprendida; creo que merece la pena seguir siendo amiga tuya porque en el futuro serás famosa!! Esto es broma, seguiría siendo amiga tuya hasta el fin del mundo aunque últimamente las cosas estén un poco raras... Alba, en serio, no lo digo por cumplir y lo sabes, me has dejado pasmada sobre todo con este texto, lo hace muy pero que muy bien, ya querrían alguinos escritores con más nombre... De verdad, sigue escribiendo creoq eu algún día harás grandes cosas...
TU FAN NUMBER ONE (lo dice hasta mi estuche)

MiKe dijo...

¡Coñe, la Pili por estos lares! ¿Qué tal, máquina de leer? Tengo unos cuantos títulos que sugerirte, ya hablaremos cuando se me vea el pelo por Logroño. Y dale recuerdos a tu hermano de mi parte.

Ahora al tajo. Para mí, sincera, honesta e inequívoca alegoría de las drogas. Uhmmm...veamos, cierta sustancia (aunque bien podría pensarse en algo simbólico o abstracto) que introduces dentro de ti y te transforma. Te vuelves una deidad entre mortales, perfecta, intocable, sublime, ideal...
Pero , ¡ay de ti!, como (casi) todo lo bueno, se acaba. Y vuelves a la miseria, a tu mediocridad previa, das asco.
Joder, blanco y en polvo: cocaína. O cualquier otra variente estupefaciente, tanto me da.

Alba, como diría Mr. Manson: "I Don't Like the Drugs [But the Drugs Like Me]"

Ya sabes lo que toca: un abrazo. XD

CaNNibal dijo...

Wooow...