jueves, 2 de julio de 2009

Sueño de todas las noches de verano

Venga, ya está bien, me decido.
Pero sólo porque acabo de matar una pulga.
Aunque en realidad me queda aplastar otra pulga, aún más gorda...

Enciendo la radio y escucho una canción horrorosa de los 80. Cambio de emisora, John Lennon. Vuelvo a cambiar y suena una deliciosa música brasileña con ritmos de Angola, y a continuación el griego DJ Cayetano (sorprendente nombre para un griego), pero más me sorprenden los sonidos chill-out con una voz femenina cantando como una sirena...

Parece ser que ha llegado el verdadero verano. Hace una semana no podía creermelo.
Ahora ya está.
El calor sofocante de esta ciudad de secano, mi piel maravillosamente negraaaaaa, y el ansia de las esperadas vacaciones y viajes...
Además, mi hermoso camello acaba de despertar, proporcionándome exquisitos chutes de felicidad... aunque a veces me amargue un poco por intentar venderle a otros...
¡Me hierve la sangreeeee!
Por eso hace tanto calor...

Si tuviera un piano, estaría todo el día tocando y cantando.
Aunque no tenga la mágica voz de clarinete de Antony Hegarty...
Y cerraría los ojos, e imaginaría a toda la gente de mi vida, todos los que alguna vez pasaron por ella, los malos, los buenos, los pequeños, los fríos, los que dan asco y los que amo.
Todos estarían escuchando mi cancion, prestando atención a cada nota de la melodía, cada palabra de la letra y cada tono de mi voz.
Y los imagino llorando, cada uno por lo que quiera.
Cuando hubiese acabado, los abrazaría a todos con mis grandes brazos.
Miraría sinceramente y desde arriba a aquellos a los que no aguanto, escupiría y pegaría a los que me han hecho daño y besaría en la boca a todos los que quiero.
La protagonista de ese momento sería sólo una, La Sonrisa.

Finalmente, estaría toda la noche dando vueltas y vueltas sin marearme. Sólo dando vueltas, hasta caer rendida, exhausta, para que alguien me cogiese en brazos y me tumbase sobre una cama enorme. Enorme y redonda.
Un lecho dónde me hiciese el amor sin parar, hasta casi gastar las últimas gotas de sudor, saliva y energía.
Luego dormir, abrazados, soñando.
Dormir eternamente, y sólo despertar para salir al balcón y ver el mar. Para bajar hasta la playa volando y bañarme desnuda.
Bucear y poder respirar debajo del agua. Acariciar los peces de colores y las rocas. Recoger perlas.
Y volver a la habitación.
Entonces podría alinear cada una de las minúsculas esferas de nácar sobre su cuerpo dormido, y hacer dibujos, eternamente...

Ahora abro los ojos.
Mis dedos descansan sobre las teclas del piano. La canción parece haber acabado, pero el sueño no. He despertado antes de ver el final.

Pensándolo bien, podría soñar para siempre y seguir con mi eterno sueño.
Pero prefiero hacerlo realidad. Ponerme los tacones más altos que encuentre, un vestido elegante e insinuante, y pintalabios rojo.
Mucho pintalabios rojo, muy rojo, rojo como la sangre.

...como la sangre que os voy a chupar a todos...


No hay comentarios: