
Imagínate que estas sentado, en el lugar que tú quieras, en el que más te guste. En un lugar idílico.
Podrías estar en lo alto de una colina, viendo el valle a la luz de un atardecer, o sentado en la arena de una playa tranquila, junto al arrullo del mar.
Te sientes mejor que nunca, relajado, con los ojos cerrados, respirando profundamente.
Notas una presencia, alguien se acerca por tu espalda.
No necesitas darte la vuelta, no necesitas ver quién es. Sabes quién es. Sólo por el ritmo de sus pasos, sólo por la forma en la que se sienta detrás de tí y apoya su cabeza en tus hombros.
Sigues con los ojos cerrados, relajado, y te sientes mejor que nunca.
Sabes quién es porque nadie te rodearía con sus brazos como lo hace esa persona. Nadie más podría acercarse como lo hace.
Acerca su rostro al tuyo, y notas el roce de sus dientes en tu oreja. Después, un susurro sale de sus labios, acompañado por el coro de la brisa: "Déjame quererte por dos días".
Sigues con los ojos cerrados, y sonríes, sonríes de placer.
De repente, empiezas a notar un dolor muy agudo, proviene de tu corazón. Te duele, porque se está abriendo. Tu corazón se abre para poder meter dentro el suyo, y tenerlo dentro de tí. Tu corazón abraza su corazón y ya no sientes dolor.
Sientes fuego.
Por fín abres los ojos, aunque sigues sintiéndote mejor que nunca. Te das la vuelta. Te giras porque no puedes soportar que esos brazos que te rodean se queden sin respuesta. Necesitas rodear con tus brazos, el fuego que tienes dentro te lo está pidiendo.
El fuego te está quemando, y te hace felíz. Tienes que sacarlo fuera.
Besos, abrazos, palabras al oído, no puedes pensar en otra cosa. Haces lo que quieres, y eso es lo único que quieres con toda tu alma.
Dos días.
Dos días son poco cuando eres felíz.
Han pasado dos días.
Estás cara a cara con esa persona a quien has dado todo, quien te ha dado todo. Te sumerges en sus ojos. Te ha enseñado en dos días de lo que puedes ser capaz. Te lo ha demostrado, y comienzas a pensar:
Esos dos días han sido únicos, ¿no sería maravilloso estar así toda una vida, flotando sobre las nubes, tocando el sol? Pero, y si esos dos días han sido los últimos, ¿podré vivir sabiendo que no volverán?, podré soportar que me arranquen su corazón, ¿perderlo para siempre después de todo?
Cierra los ojos, y vuelve a sentarte en el mismo lugar que al principio. ¿Pero acaso sientes lo mismo?
2 comentarios:
Me gusta mucho esa entrada. Hay muchas veecs que he hecho eso.. seNtarme en el mismo lugar donde me regalaron besos y caricias, enaquel lugar que facilmente puedo distingirlo entre todos los demas.
Y seguí sintiendo lo mismo,su presencia.Hata que un día volvía a semtarme y solamente note la hierba fria. Dejé de sentilo.
-Puse algo comoe esto es una de mis entradas: se titulada Mis eternas veladas de amor o algo asi ya no me acuerdo bien.
Si t pasas y la lees espero que te guste.
Ánimo y un beso
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