sábado, 6 de junio de 2009

Quiero vivir y morir en la mas alta de las alturas

Llevo horas intentando empezar esto, pero sigo sin saber expresarme.
Hace incluso días, que debería haber escrito esto, u otras cosas, tengo la cabeza bullendo, no se ni lo que pienso, cada segundo cambio. No quiero mirarme, no quiero profundizar, me estoy volviendo completamente loca. Para más inri, me pongo a escuchar canciones que acompañan demasiado bien el momento, y me apetece escribirlas todas aqui.

Ultimamente no se si llorar o darme de cucones contra la pared.
Me despierto y no me apetece levantarme, no por cansancio, sino por pena. Cada día es más duro, porque me despierto con una ínfima esperanza, que desaparece a los dos segundos.
Miro el móvil, no hay mensajes, no hay llamadas, se que no las habrán, pero sólo me hace falta asegurarme, para ponerme a llorar con razón.
Como cuando muere alguien, sabes que no volverás a verlo entrar por la puerta, pero no se porque narices, todos deseamos levantar algun día la mirada y que esté ahí mirandonos.
Pues igual.

Ahora por fín puedo decirlo, creo que sin dudas y sin toda la inseguridad de las entradas anteriores: Me he caido.
Pero he caído más hondo de lo que esperaba, o de lo que quisiera. Y aunque lo intuyese, nadie, se podrá imaginar nunca, el daño que me he hecho.

Ayer, fui por primera vez consciente de ello.
Me desperté igual que ultimamente, con la cabeza llena, como durante toda la noche.
(Everytime I fall asleep my dreams are haunted, everytime I close my eyes, I'm not alone)
Y de repente, me dí cuenta, me di cuenta de lo que me había sucedido. Entonces empezé a pensar en las consecuencias, en todas las implicaciones.
El dolor vino poco a poco, hasta hacerse tan fuerte, acompañado de las imágenes más bellas que podría haber visto, que comencé a llorar, por primera vez, por esta causa.

¿Y qué es lo que tengo que pensar entonces?
Que ojalá pudiera clavarte tan profundo el puñal que tengo ahora en mi corazón. Sólo para que te des cuenta, de lo que no estás viendo, o quizá no quieres ver.
(Dejame tocarte dentro, dónde no ha tocado nadie)
Y si, me dueles, pero cada vez que eso ocurre te doy un besito y te dejo descansar, así cuando ya estés mejor, tengas ganas de volver a abrazarme. Cuando quieras dejar de estar acurrucado en tu rincon, y te levantes para ir a pasear, sabes que estaré preparada, con la mano levantada, para agarrar la tuya.
(Don´t wanna get there wishing that you'd given more)


Dijo Rousseau que las cartas de amor se escriben sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
Pero yo nunca escribiré una carta de amor de verdad.

No hay comentarios: