miércoles, 11 de noviembre de 2009

El perfume

Recojo tu camiseta del suelo.
Todavía está caliente y tu fragancia sigue pegada a ella.
La acerco a mi rosto, para inspirar su olor, y una latigazo de recuerdos me transportan lejos de esa diminuta habitación.

De repente estamos tumbados sobre la hierba, en un caluroso atardecer. Nos miramos a los ojos, sonreimos, y tu olor no me abandona.
Todo comienza a girar muy rápido a mi alrededor.

Es de noche, estamos en medio de un bosque. La luna llena nos ilumina mientras aullamos como lobos hambrientos.

Un flash.
El paisaje se mueve a toda velocidad a traves de un cristal.
Flash.

Estoy en mi cama. Me duele todo el cuerpo. Comienza a amanecer. Hace calor.
Aunque estoy cansada no puedo dormir, porque en realidad ahora tengo frío. Mi habitación, mi cama, mi almohada, mi pelo, huelen distintos. Como cada última noche.

Sigue estando oscuro, andamos por calles estrechas que conozco vagamente. Y ellas tambien sienten tu olor, lo sienten como lo siento yo, y como lo siente cada portal en el que nos detenemos. El paseo acaba siendo una loca carrera intermitente...

Empiezo a sofocarme, estoy bajo el sol, y por lo que arde debe ser el mediodia. Pero me asfixian más aún las calientes aguas en las que estamos sumergidos. Mejor buscamos una sombra.

Ahora se esta algo más a gusto, con café solo, con hielos.

Y bajo las estrellas, sentados cada uno en nuestro sillón, rodeados de humo, conversaciones interminables y ansias incontenibles.

Tambien puedo ver las ruinas de un castillo. Sus paredes gritan silenciosamente un secreto, y no puedo evitar sonreír al escucharlo.

Al igual que no puedo evitar sonreir cada vez que veo tu rostro, y cómo se iluminan tus ojos. Tu pelo relucía bajo los rayos del sol, y tu sonrisa me hacía sentir pequeña, cada vez que aparecía.

Finalmente, el viaje termina de nuevo en la habitación. Estoy sentada en la cama, apoyada contra la pared, con tu camiseta entre mis manos y los ojos cerrados.
Los abro y ahí estas tu, de pie, frente a mí. Mirandome con curiosidad.
Sonrío, sonríes, reimos.
Eres increible...

1 comentario:

Y. dijo...

Qué bonitos los paseos por los recuerdos...