lunes, 19 de octubre de 2009

Despertar

Despierto, abro los ojos y me ciega la luz de la mañana.
Miro a mi alrededor y pienso en todo lo que tengo.
Recuerdo cómo acabo de despertar, no de este corto sueño de una noche, si no de la pesadilla en la que había estado ahogada durante tanto tiempo. Tantos palos de ciego, que ojalá hubieran sido más que eso. Podrían haber sido por lo menos fuertes golpes de piñata y hubiese podido golpear con todas mis fuerzas a todo lo que tenía alrededor. Pero al final, no me ha hecho falta la violencia para aplastarlo todo.

Volver a empezar, eso sí que es un sueño, para hacerlo realidad.
Un sueño verdadero, lleno de sorpresas en el que cada instante es mágico.
Pensaba que este nuevo comienzo sería muy distinto a todo lo que tuve, sin palabras vanas, sin rodeos, sin una pizca de amor por nadie, tan sólo para mí... Pero por una parte estaba equivocada.
No es una ácida felicidad la que siento, es mucho más que eso.
Vivo enamorada, de la vida, de todo lo que me rodea, de cada cosa que hago, de mí misma...

Nada cambia de la noche a la mañana. Es una vida en la que te sumerges poco a poco, hasta acabar zambullendote por completo.

Por fin puedo nadar a mis anchas, disfrutar del agua cálida que me envuelve.

Y puedo tocar la hierba, sentir el terciopelo, y lentamente empiezo a acariciar mi cuerpo.

Por fin he descubierto que camino he de seguir. El de ser yo misma.

2 comentarios:

Pharpe dijo...

Eso es lo que se llama libertad y saberla aprovechar es lo mejor que hay. Besos

Y. dijo...

Yo también quiero seguir ese camino!