viernes, 13 de abril de 2007

Hermosa


¡Bendígate Dios y señor San Miguel ángel, y qué gorda y fresca que estás!


¡Qué pechos y qué gentileza!


Por hermosa te tenía hasta ahora, viendo lo que todos podían ver, pero ahora te digo que no hay en la ciudad tres cuerpos tales como el tuyo en cuanto yo conozco.

No parece que tengas dieciséis años.


¡Quién fuera hombre y tanta parte alcanzara de ti para gozar tal vista!


Por Dios, pecado ganas en no dar parte de estas gracias a todos los que bien te quieren.

Que no te las dio Dios para que pasasen en balde por la frescor de tu juventud, debajo de seis dobles de paño y lienzo.


No seas avariciosa de lo que poco te costó. No atesores tu gentileza, pues es de su natura tan comunicable como el dinero.

No seas como el perro del hortelano, que ni quiere las manzanas para sí ni para su amo.


Ya que tu no puedes de ti propia gozar, goce quien pueda.


No creas que en balde fuiste criada.


Cuando nace ella, nace el, y cuando el, ella.


Ninguna cosa hay criada al mundo superflua ni que con acordada razón no proveyese de ella natura.


Mira que es pecado fatigar y dar pena a los hombres, pudiéndolos remediar...

1 comentario:

Evidenet dijo...

hola!
gracias por pasarte por mi blog!^^
el tuyo me gustó, tiene relatos fantasticos, aunque me quedé con la intriga de para qué es la cuenta atras!!
Saludos!! ^^