Quiero irme contigo, quiero irme a París.
Quiero viajar contigo a algún lugar. Pasear por calles extrañas, visitar lugares desconocidos, descubrir junto a ti cosas que jamás había vivido.
Quiero cenar en restaurantes, dormir en un hotel, comprar en un mercado artesano, hacer fotos sin parar.
Quiero escribir un libro, en el que yo sea la protagonista y tu mi compañero de aventuras, que me acompañe al fin del mundo.
Quiero que aprendamos juntos un idioma, el idioma de los signos, de las miradas infinitas y del cuerpo en sí mismo.
Quiero ir a un sitio exótico, y exótico es diferente. No hacen falta ni palmeras, ni tumbonas, y aún menos gente. Necesito un lugar, con calles por las que andar, parques en los que tumbarme sobre la hierba, otro mundo que explorar.
Sin embargo me doy cuenta de que no me importa el lugar. Me da igual que sea en China, en Paraguay o en Senegal. Lo único que me importa es estar contigo y pasear, pasear, pasear por la ribera o por la calle, pasear, lo demás me da igual.
Quiero cogerme de tu mano y que nos vean pasear.
3 comentarios:
hola, parece que te gusta viajar, pues te mando un saludo desde Australia, donde estoy ahora.
Me gusta muchisimo tu blog.
Espero seguir leyendote.
Un abrazo y hasta pronto.
http://davidlacarra.blogspot.com/
Si quieres ir al fin del mundo, eso no está tan lejos que no se pueda ir, si quieres te acompaño. El problema es que está hasta las gachas de turistas... y les tengo terror, no hay que ser turista, lo que hay que ser es viajero, y ser uno su propio guía. Hay gente que sabe VIAJAR sin pelas. Se hechan la mochila al hombro, lo justo para el billete de avión y a volar. Esos son los auténticos viajeros, y son gente envidiable, conocen mundo y gente y la distancia no es un problema... ójala eso dejara de ser un sueño escrito en unos bits en Internet.
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